CELDA FRONTERIZA

La alambrada de espino usada como frontera o limitación del espacio para el ser humano, lo convierte en una masa colectiva, fragmentando su identidad individual.

En esta instalación el espectador puede evidenciar lo difícil que es ver con claridad desde ambos lados, tanto a ti mismo como a los demás.

La intervención es en una celda doble con dos puertas de acceso. Está dividida por una valla de alambre de espino.  De tal forma que las personas que entren por una de las puertas verán uno de los lados de la alambrada y las que entren por la otra, el otro.

En uno de los lados se proyectan imágenes a tiempo real grabadas por una cámara de video vigilancia colocada en el lado opuesto. Esto permite que los espectadores colocados a uno de los lados puedan verse a sí mismos proyectados a otro lado de la valla, junto a los otros visitantes.

Además la valla contiene trozos de pequeños de espejos que sustituyen a las cuchillas o concertinas. Estos espejos, reflejan los cuerpos fragmentados del espectador, simbolizando la la ruptura de la identidad que provoca su utilización para cercar seres humanos.

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